1. Nunca os dejeis engañar por la elegancia de la estancia. Ya podeis entrar en el club social más lujoso del mundo, pero no seais tontos. Pasad de largo esta burda tapadera e id directamente al aseo. Un local que mantenga limpias las zonas que menos se expongan al público tienen más probabilidades de tener una cocina limpia. Si, por el contrario, tienen zurraspas cayendo por las paredes. ¡Corran, corraaaaaaan!
2. El jefe de cocina tiene más peligro que nadie. Al igual que en el apartado anterior, no os dejeis engañar por las apariencias.
3. El ultimo punto, pero no por ello, menos importante: si alguno de los platos se ha vuelto oscuro y le han salido pelos, no te lo comas, problamente saldrás de allí en un traje de pino.
Es muy probable que algunos de vosotros penseis que voy de listo, advirtiendo cosas tan obvias, pero creedme, el mundo está lleno de cierrabares. Y para terminar, un consejo para los que esteis estudiando periodismo: las manos en los bolsillos.
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